Mi mujer escribe en su perfil de face, junto a este bonito vídeo:

«Soy eibarresa y al ver este vídeo no he podido contener las lágrimas. Era otra época, no la que yo conocí pero que si viví plasmada en las vivencias y los recuerdos contados por mis aitites. Un bonito recuerdo y un bonito homenaje a todos aquellos que lucharon por defender lo que más querían. Soy eibarresa»

Ahora refiriéndome a mí, también soy de raíces eibarresas, padres, aitxitxes… Aunque un servidor es durangues, con raíces gipuzkoanas y criado en un pueblito alavés que se llama Santa Cruz de Campezo. Del cual os hablare otro día.

Pero volviendo al tema de este post, tengo que reconocer que los eibarreses y Eibar (incluido su club de fútbol). Tienen una «casta especial», en el mejor sentido de la palabra. Y si alguien tiene alguna duda, que los conozca y comprobará como es verdad 🙂

Y lo fui, en cierta manera cuando ayudaba a mi padre, autentico rehalero, durante decenas de años. Aunque tengo que reconocer que me gustaba más ir al puesto. Teníamos sobre veinte perros que cuidábamos todos los días de la semana. Cazábamos principalmente en Urrez (Burgos).  Ahora mi caserío, esta edificado sobre las antiguas perreras. La manifestación de hoy me ha traído maravillosos recuerdos. Junto a mi casa «descansan en paz»  grandes cazadores, compañeros de afición que nunca olvidaré. Sol, Bla, Adrian, Lute, Bala, Barbas…

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